Surgen por la necesidad humana de protegerse. En el neolítico se
comenzó a hilar el lino, para el verano y la lana, para el invierno —el huso y
el telar son inventos del neolítico. En la antigua China, se fabricaban tejidos
de seda ya alrededor del año 3000 «a. C.» Los egipcios lograron también
tener finas telas de lino y de algodón. En México, los indígenas fabricaban sus
telas del algodón y de fibras sacadas y tratadas del magüey.
Tienen
como base tres tipos de fibras: naturales, artificiales y sintéticas. Las
naturales proceden de plantas o animales, como la lana, el algodón, la seda y
el lino. Las fibras artificiales están manufacturadas a partir de materia prima
natural, —básicamente celulosa—, como los rayones. Las fibras sintéticas se
producen por procesos químicos, como el poliéster, el nailon y el acetato.
También se fabrican tejidos con mezcla de fibras para conseguir las cualidades
de los distintos materiales en una prenda.